Cuando hablan de tu hijo… Entrevistas escolares.

Las entrevistas en el colegio son momentos decisivos en la vida escolar de nuestros hijos. No son instancias menores: allí se cruzan miradas, emociones y expectativas sobre lo que más amamos en la vida. Para cualquier padre o madre, estas conversaciones pueden generar alegría, orgullo, preocupación o pero también dolor.

Lo que nos cuentan los profesores puede coincidir con lo que vemos en casa o ser completamente distinto. Y eso toca fibras profundas. De repente, lo que parecía un simple encuentro se transforma en un espejo: no solo se habla de nuestros hijos, también de cómo los estamos acompañando como familia.

Por eso, vale la pena preparar y vivir estas entrevistas de manera consciente. No se trata solo de “sobrevivir” a la instancia, sino de aprovecharla como una oportunidad para crecer en comunidad, fortalecer vínculos con el colegio y, sobre todo, acompañar mejor a nuestros hijos.

Aquí algunos tips esenciales para transformar estas entrevistas en un espacio de construcción y confianza mutua:

1. Prepara tú también la entrevista

Así como el profesor prepara sus observaciones, tú puedes llegar con claridad sobre qué quieres preguntar y qué deseas compartir. Piensa antes:

  • ¿Qué aspectos de tu hijo(a) quieres destacar?
  • ¿Qué dudas o preocupaciones quieres aclarar?
  • ¿Qué apoyo necesitas del colegio y qué apoyo puedes ofrecer tú?

Un ejemplo: si tu hijo está con dificultades para concentrarse, en lugar de esperar a que lo digan, puedes preguntar: “¿Cómo ven ustedes su nivel de atención en clase? En casa hemos notado…”. Esto genera un diálogo más abierto y colaborativo.

2. Menos enjuiciar, más indagar

Es natural sentir la necesidad de defender a tu hijo o incluso a ti mismo. Pero si reaccionamos desde el juicio, nos cerramos a aprender. La clave es preguntar y profundizar:

  • ¿Qué observan concretamente cuando dicen que mi hijo es inquieto?
  • ¿En qué situaciones se da más este comportamiento?
  • ¿Qué estrategias ya han probado y cuáles resultan mejor?

Esto te permitirá pasar del juicio a la comprensión. Cuando indagas, abres caminos para trabajar juntos en lugar de quedarte atrapado en la crítica.

3. Haz brillar a tu hijo(a)

Muchas veces el foco está en lo que falta o en lo que hay que mejorar. Como papás, podemos equilibrar esa mirada recordando también sus fortalezas. Pregunta:

  • ¿Qué fortalezas o recursos han visto en nuestro hijo(a)?
  • ¿Dónde creen que puede mostrar más su creatividad o generosidad?

Cuando los profesores conocen esas virtudes, pueden generar espacios para que tu hijo(a) brille y se conecte con lo mejor de sí mismo. Las fortalezas son la base del desarrollo.

4. Desafíos y plan de acción compartido

Una entrevista sin acuerdos es solo una conversación más. Por eso es importante co-construir un plan con pasos concretos:

  • Define junto al profesor cuáles son los desafíos prioritarios.
  • Pidan que los acuerdos queden por escrito.
  • Establezcan cómo se hará seguimiento (correo, reunión breve, próxima entrevista).

Así se pasa de la conversación a la acción, y todos asumen responsabilidad en el proceso.

5. Explora y gestiona tus emociones

Todo lo que escuches lo recibirás en primera persona. Puede doler, puede enorgullecer, puede generar rabia. No ignores esas emociones: obsérvalas y piensa qué te están diciendo sobre tus expectativas, tus miedos y tus prioridades como madre o padre.

Hablar de esto en pareja también ayuda. Pregúntense:

  • ¿Qué es lo que más nos importa educar ahora?
  • ¿Qué batallas queremos dar y cuáles podemos soltar?
  • ¿Qué valores queremos que sean el motor de nuestras decisiones?

Gestionar tus emociones antes y después de la entrevista te permitirá responder con calma y sabiduría, en lugar de reaccionar impulsivamente.

6. Transforma tus críticas en pedidos

Si algo no te parece, evita quedarte en la queja o en el “esto no sirve”. Reformula lo que piensas como un pedido claro:

  • En vez de: “No lo están apoyando bien en matemáticas”.
  • Prueba con: “¿Podríamos buscar juntos una estrategia para acompañarlo mejor en matemáticas? En casa hemos probado…”.

El pedido abre posibilidades, la crítica cierra puertas.

Para qué hacer todo esto

Porque la educación de nuestros hijos es una tarea compartida. No se trata de “defenderlos” ni de demostrar que tenemos la razón, sino de crear lazos de confianza con quienes los acompañan gran parte de su vida escolar.

Aunque no siempre estemos de acuerdo, escuchar, indagar y transformar las conversaciones difíciles en oportunidades nos permite construir un verdadero equipo en torno a nuestros hijos.

¿Cómo ha sido tu experiencia? ¿Te fue útil esto? Nos interesa tu opinión.

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